"Hoy compartimos es un grupo de bloggers que nos juntamos todos los meses para postear un tema en común y desarrollarlo desde la perspectiva de cada uno de nuestros blogs"
Pues aprovechando el tema del mes, hoy vengo a contaros y a
confesaros una manía que tengo y sinceramente, creía que había perdido: “hacer
cachitos”.
Cuando era pequeña mi madre me regañaba con frecuencia por
esto, hacia cachitos de todo: de los papeles, de las revistas, de los trajes de
las muñecas de mi hermana, hacia cachitos de ladrillos que andaban por casa,
incluso una vez, hice cachitos con el pelo de mi amigo Iván…
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Me comía una naranja y hacia cachitos la cascara, cogía una
hoja de un cuaderno y la iba doblando y haciendo cachitos con las manos. Así
que mi madre procuraba no dejarme ninguna tijera o utensilio de corte a la
vista… pero claro, una tiene manos, martillos para partir azulejos y ladrillos,
piedras para golpear terrones o dientes para cortarme y hacerme cachitos la
uñas.
La verdad, me sentía incomprendida… con lo útil que es hacer
cachitos!! Hasta que me viene a mi actual casa, he vivido en una casa de campo
(la casa de mis padres) así que allí podía hacer cachitos de casi todo… Por
ejemplo: tú tienes 6 años y montas una tienda ¿Cómo haces la comida para
venderla? Pues con cachitos!: Los filetes son ladrillos partidos
longitudinalmente, la carne son terrones que yo te vendo al peso…, que quieres
“cuarto kilo” pues te lo parto con otra piedra. Si lo que quieres es verdura
para sopa, te puedo poner un cucurucho de papel lleno de hojas hechas cachitos.
Y luego, te lo envuelvo en papel de periódico cortado a la medida, para que te
lo lleves.
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Ah… los vestidos de las muñecas de mi hermana era otra cosa:
pura maldad. Pero lo del pelo de Iván era de imperiosa necesidad… si montas una
peluquería habrá que cortar el pelo no?? Además el flequillo le molestaba según
me dijo, con lo cual creo que estaba justificado.
Mi madre se consolaba pensando “está en la edad”, pero no…
la cosa no fue a mejor, ni a peor. Así que hoy en día sigo
haciendo cachitos, no lo puedo evitar.
La verdad, hubo un paréntesis de unos años. Seguía haciendo
cachitos pero de cosas sin importancia. Un verano, en una de esos arrechuchos
creativos que me entran de vez en cuando, me dio un “brote tijeril”.
Estaba de exámenes en la universidad, siempre me pasaba: era
entrar en época y me daba una angustia relacionada con querer hacer mil cosas y
no poder, solo tener tiempo para estudiar… hacia que viniesen a mi cabeza un
montón de ideas: “podría hacer esto, lo otro, si tuviera tiempo, cuando termine
los exámenes…” así que siempre me venía la época creativa en plenos exámenes,
yo creo que todo relacionado con las ganas de escapar de la situación… pero me
venía. A veces, tannnn fuerte, que terminaba los exámenes y corría como una loca a hacer y hacer todo lo
que se me había ocurrido, como un toro desbocado.
Pues en una de esas ocasiones, como ya digo, me entro un
“brote tijeril” y me dio por cortar. En realidad, el brote fui “martilleril”.
Reuní los azulejos, restos de obras que mi padre tenía en casa, y hale! A
machacar! Y así es como creé mi primer
mosaico de azulejos.
Mi primer mosaico con el marco de forja que le hizo mi padre |
¿Por qué un bodegón? Por dos razones: la primera, la
intención era que decorase la pared de la barbacoa, y la segunda y la que tuvo
más fuerza: los azulejos con lo que contaban eran en tonos marrones y oscuros…
Creo que el resultado fue bueno. Nada más verlo, mi hermana
me pidió uno para su casa, otro bodegón. Y después, como ya le había cogido el
gusto… hice otro para mi cuñada más pequeñito.
El bodegón que le hice a mi hermana (1,00x0,60m aproxim.) |
Hasta que ya me lancé y… ¿por qué
no hacer toda una pared así? Pues venga! Voy a hacer un mosaico que cubra toda
la pared de mi cuarto de baño!!
Ay… yo creía que no iba a terminar nunca!!! Lo hice a ratos,
después de salir del trabajo, los fines de semana (algunos), en pleno mes de
diciembre en una casa en obras, sin ventanas (que frio pasé) subida a una
escalera o en el suelo, con un pequeño radiador de aire, que no servía de nada,
porque el calor según salía del aparato se iba… si, se que parece que exagero…
pero no. Tanto es así que cuando iba por la mitad pensé en no terminarlo. Pero
solo fue un minuto, porque en cuanto se me ocurrió plantearlo, mi familia se me
lanzó al cuello como una panda de buitres, cosa que ahora agradezco, porque lo
terminé!
Mis ganas de mosaicos pasaron… la verdad, pensaba que las había
perdido, pero estos días en los que aparece el sol y el buen tiempo invita a
hacer tantas cosas (yo me activo con el calor) me ha entrado un “brote tijeril”
y estoy pensando seriamente en liarme a martillazos!! con los azulejos se entiende ;).
Algunos amigos, al verlo, me han propuesto hacerlo en su
casa, cosa que no descarto…
Por otro lado, esta manía no acaba aquí, ni con los azulejos…
pero eso ya os lo contaré en otros post ;)
Por supuesto, si tienes una pared o un cuadro donde
“descargarme” será bienvenido! Porque mis ganas de mosaicos han vuelto y eso
que… creía que era algo que había perdido!.
Gracias por leerme!
Y si quieres ver lo que mis compañeros de Hoy compartimos... creian perdido, aquí os dejo el listado de participantes:
- Amor por la decoración.
- Aprendiendo a ser madre
- Decoestilo
- El Peku
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- Mi pequeño gran mundo
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- El perro de papel
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